"I Am The Morning" resuena en mis audífonos y la gente a mi alrededor es el vivo reflejo de mi mirada perdida y vaga mientras todos esperamos escuchar nuestro nombre. Inconscientemente, mis zapatos hacen al unísono con la batería un eco que no puedo percibir pero que estoy seguro puede ser audible... -la gente no me mira feo- ...sigo golpeteando pedestremente y retomo lo que estaba pensando.
Es increíble la cantidad de cosas que uno puede pensar cuando estás confinado a sentarte en un pasillo a esperar tu turno. No hay periódicos, no hay TV, no hay temas de conversación ni gente con quien entablarlos. Sólo Tattoo (el iPod inseparable) y el involuntario hecho de observar la cerámica, los asientos, carteleras y cualquier cosa que tenga un detalle que ya no haya percibido.
Esperar es fastidioso, pero esperar sin nada que hacer lo es aún más.
Es increíble la cantidad de cosas que uno puede pensar cuando estás confinado a sentarte en un pasillo a esperar tu turno. No hay periódicos, no hay TV, no hay temas de conversación ni gente con quien entablarlos. Sólo Tattoo (el iPod inseparable) y el involuntario hecho de observar la cerámica, los asientos, carteleras y cualquier cosa que tenga un detalle que ya no haya percibido.
Esperar es fastidioso, pero esperar sin nada que hacer lo es aún más.
1 Lo comenta(n):
Holaaaaaa me gusta como escribes y estoy totalmente de cuerdo.. esperar es.. tormentoso.. pero sin nada que hacer es mucho más.. weno lo lei.. todo y me encanta ^^
Saludos
Maga
pd: tus momentos felices son geniales
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